La semana antes de los parciales, vimos un video sobre Frank Gehry. Debo admitir que antes de esta clase nunca había visto ninguna de sus obras. Sin embargo, conforme iban pasando las imágenes, me vino a la mente una frase que un gran arquitecto me dijo una vez: "La arquitectura es la síntesis de los sueños de una persona". Poético, ¿no? Poético, pero muy cierto. La verdad, había olvidado el haber escuchado esta frase - yacía, tan solo, como un eco distante en la memoria. Mas con cada una de las obras de Gehry, fui recordando y descubriendo el significado de estas palabras. Creo que la arquitectura de Gehry se postra ante el ser humano con carácter, y mucha particularidad. Al principio parece solo un grupo de volúmenes aleatorios, pero luego uno comprende que lo que en un momento pudo parecer fugaz y desordenado es, en realidad, un todo, una forma, que responde a un orden dentro de sí mismo y entre las partes que lo conforman. Es el tipo de arquitectura que conmueve, que impresiona, que transmite emoción y desata los sueños, que hace pensar que cosas increíbles pueden suceder y que entabla un vínculo profundo con cada uno de los seres que la visita.
Un dato curioso: al igual que Louis Kahn, Frank Gehry realizó estudios en escultura. Quizás es esta inclinación a la armonía y lo estético lo que lo lleva a combinar el arte con los principios de la ciencia - a desafiar la física y la gravedad con la belleza de lo artístico y el equilibrio de la totalidad. Cubismo en el siglo XXI diseñado para servir al hombre. Quizás todos deberíamos ser un poco más como Gehry, en el sentido de que personas como él no se traicionan a sí mismos. No traicionan sus ideas, ni copian diseños ajenos solo para ser reconocidos o exitosos. Su arquitectura es su sello, su huella personal y su deseo por transformar el mundo
que lo rodea.
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