viernes, 18 de septiembre de 2009

Identidad

Cada día estoy más emocionada con la arquitectura - es como si mis ojos se abrieran después de haber estado dormidos y vieran el mundo por primera vez, con una nueva mirada, una nueva visión. Siento que me estoy inundando de estas nuevas ideas, nuevas para mí pero históricas para la humanidad, y me encanta, realmente estoy feliz. Es algo paradójico, ¿no? Sentir que uno es la primera persona en entender algo que siempre ha estado ahí. Supongo que así es cuando le enseñan a uno las cosas por primera vez.





Ayer en clase hablamos sobre la importancia del lugar para la arquitectura. Se tiene que entender para que la arquitectura encaje, y se adecúe, y contribuya a la armonía del todo. Como diría el Arq. Peter Zumthor, la arquitectura tiene que decir al que la ve "yo siempre he estado aquí".

También hablamos sobre el territorio controlado, la ciudad, y qué tan importante es para un arquitecto el sentirse parte de un lugar para poder interpretarlo, comprenderlo, qué tan importante es el encontrar su identidad en una ciudad - en su ciudad. Es amar y respetar un lugar lo suficiente para asumir la responsabilidad de transformarlo y mejorando, para entenderlo y descifrar qué es lo que realmente necesita.

La clase de ayer me hizo acordar al Taller de Creación Literaria de la universidad. El ciclo pasado me metí y pidieron tener un diario sobre nuestra relación con la ciudad, algo que reflejara lo que vivimos y cómo nos sentimos acerca del lugar en el que estamos día a día... Y claro, con una ciudad que tiene la mejor arquitectura colonial de toda Sudamérica, ¿quién no se sentiría orgulloso de escribir sobre ella? Aquí está mi primera entrada:

No te abandono

Te conozco desde que nací, desde el primer momento en que llenaste mis pulmones con ese aire de urbe y emoción tan típico de ti. Me viste dormir, me vista soñar. Me viste sonreír por primera vez. Tomaste mi mano cuando empecé a caminar y luego, al crecer, me empujaste un par de veces para que cayera y aprendiera a levantarme sola. Bajo tu mirada gris, lloré más de una vez; oí tu voz, un murmullo en el viento, el ronroneo de motores… Avanza.

¿Cómo olvidarme de ti al acordarme de mí? ¿Cómo no hablar a los demás de ti si me enseñaste todo lo que sé? Lima mía, ciudad donde reí, ciudad de mi primer amor… Ciudad que aún se mece bajo una huella colonial…No eres lo que solías ser. No puedo salir a tus calles sin pensar que corro peligro. No puedo estar tranquila sabiendo que con la polera que no usé, un niño pudo haber pasado la noche sin sentir las garras del frío en su piel descubierta.

Ciudad de contrastes, ¿en qué momento ocurrió? Todo el invierno nos suplicas con lágrimas que flotan a nuestro alrededor, y te desesperas al comprender que seguimos enfrascados en nuestra rutina, y no escuchamos lo que tratas de decir. Pero, ¿qué tratas de decir?

Lima de mi vida, yo no te abandono, no, y tampoco lo hará el resto. Porque vivimos en ti, y tú estás en todas partes. Eres el niño que sonríe, el enfermo que se queja, el esposo que trabaja, la madre que camina. Eres la bocina de un camión, el girasol de un novio a su amada, un disparo en la distancia y los gritos de terror, una hoja que baila en el viento, edificios imperiales, cosquilleo del mar, mis manos, mis pies, mi reflejo y mi alrededor. Y yo no te abandono. Hoy no te abandono.

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