1. Planificación Urbana - Si se quiere promocionar un lugar como destino turístico, entonces se debe tomar en cuenta la manera en que esta actividad va a afectar a la población. Siguiendo con el ejemplo, en Aguas Calientes, la gente ha aprovechado para vender artesanías y objetos muy típicos de la zona; sin embargo, todo esto ha sido muy improvisado. Hay "stands" en las calles, algunos de los cuales se han terminado con un techo de plástico, y no hay un lugar de concentración en donde el turista pueda encontrar "souvenirs". ¿El resultado? Un agudo contraste entre la majestuosidad de Machu Picchu y el caos de Aguas Calientes, la perfección de las construcciones Incas hasta el más mínimo detalle y el poblado enredado en la base de la montaña. La planeación urbana lograría desaparecer este desorden. Se podría designar una zona específica para todos los artesanos, y construir locales con materiales que armonicen con la mística del entorno, que sean una extensión de la grandeza de la cultura Inca en lugar de un reflejo de improvisación y falta de respeto por el patrimonio, tanto el histórico como la naturaleza.
2. Arquitectura sostenible e Infraestructura - de manera similar, el turismo también requiere de la construcción de obras más específicas, como hoteles, aeropuertos y museos de sitio, por ejemplo. Y estos deben tener dos aspectos: proporcionar espacios de calidad, en donde uno se pueda desconectar y se sienta relajado pero a la vez entusiasmado, como hechizado por la experiencia, y estar construidos pensando en el largo plazo, es decir, en el impacto que vayan a tener en el medio ambiente. Un ejemplo: Posada Amazonas en la Reserva del Tambopata, diseñada por un arquitecto y Rainforest Expeditions como proyecto ecoturístico para la comunidad de Infierno. El albergue ha sido construido con materiales de la zona, imitando así las construcciones de los nativos para minimizar el impacto en el medio ambiente y armonizar con el entorno, y conservando la autenticidad de una experiencia en la profundidad de la selva Amazónica.
3. Conservación de Patrimonio - la arquitectura de un lugar es el reflejo de una sociedad: es el eco de las voces del pasado en el contexto del siglo XXI. Y como todo lo que es parte de nuestra historia, hay que cuidarlo, y son precisamente los arquitectos los que deben liderar esa tendencia de respeto y amor a nuestro pasado, ese sentido de identidad del cual hoy muchas personas carecen. Son los arquitectos los encargados de promover la restauración del patrimonio histórico, y de evitar, a toda costa, su destrucción, pues con cada obra que se pierde, se pierde también un pedacito de lo que nos define a todos como un "nosotros". Hoy en día, por ejemplo, hay tanta arquitectura colonial en Lima que se ha dejado de lado y que, de restaurarse, tendría todo el potencial para hacer de nuestra ciudad un lugar mejor y para ayudar a que todos puedan comprender e interpretarla de una manera más integral. Lima es una ciudad de contrastes - ayudemos, pues, a conservar nuestra identidad, aquella que mostramos al resto del mundo.
La lista no termina acá, pero creo que esas son tres de los aspectos más importantes del papel de la arquitectura en el turismo. Lo curioso es que, cuando pregunto a la gente si creen que el turismo y la arquitectura se combinan, me dicen que no tienen nada que ver. Irónico, ¿no? Yo creo que tienen todo que ver. Se complementan. Y creo también que no se puede hablar de turismo sostenible sin una propuesta arquitectónica que lo acompañe.
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