jueves, 12 de noviembre de 2009

El Alma de Barcelona - Antoni Gaudí


Si hay un hombre que ha sabido entablar una relación con el lugar, comprenderlo e interpretarlo, es Antoni Gaudí. Arquitecto catalán nacido en 1852, era un hombre cuya vida estuvo marcada por dos grandes pasiones: la fé en Dios y la arquitectura, aunque en realidad ambas estaban enlazadas entre sí. Basta con ver sus obras para comprender que la arquitetura de Gaudí fue hecha para alabanza del Señor - una forma de traducir las Sagradas Escrituras en una realidad arquitectónica. Sus principales influencias fueron la arquitectura medieval y la arquitectura japonesa (aunque cuenta la leyenda urbana que también tenía una afición muy particular por el gótico, y que desde joven le gustó discutirlo con sus compañeros).

Gaudí fue un incomprendido en su época. Lo irónico fue que, una vez llegada su muerte, se comenzó a mirar su obra con una perspectiva diferente. Lo que antes eran "torturas de la imaginación" y "engendros en piedra" se convirtieron en una arquitectura cuyas formas son imponentes y que encantan con su riqueza de luz y color, una arquitectura a veces extravagante pero siempre sumamente expresiva, arquitectura que es capaz de sorprender una y otra vez sin importar cuántas veces se le visite. Fue un genio, a menudo imprevisible, y hoy Barcelona le es profundamente agradecida. Sin las obras de Gaudí, Barcelona simplemente no sería Barcelona - perdería toda su esencia, y aquello que la hace tan especial y diferente al resto.

Las obras de Gaudí que más me gustan son las que creó durante su faceta de naturalismo expresionista, como el Parque Güell y la Casa Milá. Cuenta la historia que, a pesar de que nunca había empleado el estilo barroco hasta ese entonces, en esta etapa decidió combinar el barroco tradicional con dinamismo, y hacer esa arquitectura un reflejo construido de la naturaleza a su alrededor. Decía el arquitecto de una de sus obras:

"La columna es el fuste, el tronco; la cubierta es la montaña, con las vertientes y la cima; la bóveda es la cueva, de sección parabólica... Girando el antebrazo o el tronco se forman helicoides."


En efecto, Gaudí era un entusiasta del naturaleza, y su arquitectura constantemente la evocaba. "La arquitectura crea el organismo y por tanto este debe estar en consonancia con la naturaleza." De todas estas, mi obra favorita es La Pedrera, por el efecto que se logra con la sinuosidad de la fachada, un aspecto realmente emblemático de la arquitectura gaudiana. Parece como salido de otro mundo.

No puedo terminar sin antes mencionar la que probablemente sea la obra más conocida de Antoni Gaudí: La Sagrada Familia (obra que, hasta el día de hoy, permanece inconclusa y que, según el propio Gaudí, tomaría más de 70 años en terminar). La obra es más que una simple iglesia, pues es toda una sinfonía de campanarios, torres y detalles, un juego sagaz de luminosidad en el interior, una arquitectura capaz de conmover a cualquiera. La meticulosidad con que trabaja cada detalle es realmente impresionante - de seguro otra más de las razones por la cual esta obra ha sido tan aclamada mundialmente.

Las obras de Gaudí son las únicas de su estilo en todo el mundo. Nada ni nadie podrá igualarlas.

A continuación, un video con la obra de Antoni Gaudí:

Fuente: 'Gaudí: El Hombre y La Obra', Joan Bergós i Massó, Marc Llimargas, Lunwerg Editores (España, 1999)

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