¿Existe una arquitectura netamente peruana? ¿Existe una identidad peruana? La identidad de un lugar nace a partir de un contexto, ya sea folclórico, histórico, cultural o geográfico. Dentro de este contexto, la arquitectura juega un papel esencial, comenzando por el hecho de que la arquitectura es el reflejo de la sociedad en la que se encuentra. En nuestro país, se puede hablar de una identidad regional, definida, en cierta forma, por el uso de materiales en la construcción, como el adobe en la sierra o la madera en la selva. La selección de materiales para una edificación es primordial para su desarrollo, pues se debe tener en cuenta cómo se va a adecuar al entorno, cuál es la expresividad del material, cómo se va a ver bajo la luz, cuáles son sus propiedades físicas, cuál es su disponibilidad, si posee o no certificación de algún tipo (criterios de diseño, tecnología, normalización, construcción y certificación). Es sumamente importante - y quizás un poco difícil. Lo digo porque hace como un mes que estoy pensando qué materiales podrían servir para mi capilla, porque creo que se debe conocer los materiales para saber lo que se puede hacer con ellos. Es como en la sierra. Recuerdo haber ido a Cochas, un pueblo cerca a Huancayo, en el 2006, y haber visto filas de ladrillos de adobe secando al sol al costado de las casas de los campesinos, porque ellos mismos preparan sus ladrillos de adobe, y por eso saben cómo manejarlo adecuadamente.
Retomando el tema, sin embargo, creo que aún no hay una identidad nacional bien definida. Es decir, no es que se pueda hablar de una arquitectura peruana de la misma manera que se puede hablar de una arquitectura mexicana o española. Hay demasiados elementos en nuestro país, en nuestra cultura, elementos que nos unen como país frente al resto del mundo, pero que nos dividen frente a nosotros mismos. Aún no hemos aprendido a trascender las barreras, a dejar de ser individualistas, a buscar para los demás peruanos lo que buscamos para nosotros mismos y transmitirlo en una realidad funcional. Y creo que es por eso que no hay esa tendencia a la continuidad, no hay una visión a largo plazo. Hoy, la mayoría de peruanos, incluídos gran parte de los arquitectos, tienen, lamentablemente, miopía, y no pueden ver más allá de las metas a corto plazo. Y esta tendencia ya viene desde hace tiempo, como lo ilustra el historiador Raúl Porras Barrenchea en un texto que escribió en la época de Leguía, cuando se quería "remodelar" los espacios públicos de Lima:
"de los alcaldes, de los terremotos y de los urbanizadores, líbranos Señor."
En mi opinión, una vez que se empiece a pensar en el largo plazo, en la sostenibilidad, se va a poder encontrar esa identidad que está ahí, pero que aún nadie se atreve a consolidar, y la arquitectura será un elemento clave para ello.
Por otro lado, si nos ponemos a pensar, nuestro país es un país pluricultural. Hay inmensa variedad de climas, de flora y de fauna, de gentes, de tradiciones. Se nos conoce como un país espontáneo, de contrastes, de improvisación y de desorden, con gente humilde por un lado, y gente aspiracional por otro. Y, ¿acaso no es eso lo que refleja la arquitectura del Perú? Se habla de que no hay una identidad porque no hay armonía, patrones, cierta uniformidad. Pero nuestra cultura tampoco tiene esos elementos porque somos completamente diferentes. Entonces, ¿se podrá decir que hay una identidad peruana? Quizás no es la que queremos tener, o la que debemos tener, pero definitivamente hay algo ahí. Ahora le toca a los arquitectos moldear esa identidad y ordenarla para el resto de peruanos.
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